miércoles, abril 29, 2009

TE QUIERO


Mario BENEDETTI
(Uruguayo, 1920- )

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
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CORAZÓN CORAZA


Mario BENEDETTI
(Uruguayo, 1920- )

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío

tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
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ME NOMBRAS MARIPOSA...


Jacinto BENAVENTE
(Español, 1866-1954)

Me nombras mariposa y me convida
tu amor a consumirme con su llama;
mas prefiero volar de rama en rama
y alegre perseguir mi alegre vida.

No pienses que detenga la partida
Bien sé, aunque lo contrario tu amor clama,
que más se sufre donde más se ama;
y más se goza donde más se olvida.

Tu amor me hizo olvidar un amorío,
y otro me hará olvidar tus dulces lazos.
Mientras tenga vigor, triunfar confío.

Mas si cansado de mudar regazos
busco reposo al fin, juro, bien mío,
buscarlo sólo en tus amantes brazos.
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RIMA XXX


Gustavo Adolfo BÉCQUER
(Español, 1836-1870)

Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún.- ¿Por qué callé aquel día?
Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?
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YO PIENSO EN TI


José BATRES MONTUFAR
(Guatemalteco, 1809-1844)

Yo pienso en ti, tú vives en mi mente,
sola, fija, sin tregua, a toda hora,
aunque tal vez el rostro indiferente
no deje reflejar sobre mi frente
la llama que en silencio me devora.

En mi lóbrega y yerta fantasía
brilla tu imagen apacible y pura,
como el rayo de luz que el sol envía
a través de una bóveda sombría
al roto mármol de una sepultura.

Callado, inerte, en estupor profundo,
mi corazón se embarga y se enajena,
y allá en su centro vibra moribundo
cuando entre el vano estrépito del mundo
la melodía de tu nombre suena.

Sin lucha, sin afán y sin lamento,
sin agitarme en ciego frenesí,
sin proferir un solo, un leve acento,
las largas horas de la noche cuento
y pienso en ti!
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MAS ALLÁ DE LA MUERTE


Federico BARRETO
(Peruano, 1862-1929)

Es invierno y una noche negra, fría y tempestuosa
en la lúgubre capilla de un asilo monacal
yace el cuerpo inanimado de una joven religiosa,
que agobiada por la pena se murió como una rosa
arrancada de su tallo por el fiero vendaval.

Blanco traje que realza su magnífica belleza
simboliza su inocencia, su bondad y su candor
rosas blancas en capullo le circundan la cabeza,
y parece aquella virgen que murióse de tristeza
una novia desmayada en su tálamo de amor.

El silencio que allí reina es tan sólo interrumpido
por el viento que sacude las vidrieras al pasar,
por el viento y otras veces por el tétrico graznido
de los búhos que allí moran, que han formado allí su nido
y que atisban lo que pasa por la grieta de un altar.

Mil rumores misteriosos, mil incógnitos sonidos
llegan vagos y confusos a la casa del Señor
es un lúgubre concierto, de sollozos y gemidos
de susurros y plegarias, de mil ecos doloridos
que acongojan y estremecen, que dan pena y dan horror.

Cuatro cirios iluminan con fulgores inseguros,
el cadáver de aquel ángel de belleza y de virtud
y las sombras que proyectan esos cirios en los muros
van y vienen en silencio por los ámbitos oscuros
como un coro de fantasmas circundando un ataúd.

Dan las doce lentamente en el viejo campanario
y al vibrar en la capilla la hora tétrica y fatal
sale un monje de albo traje por la puerta del sagrario
atraviesa a pasos lentos el recinto solitario,
y se postra de rodillas ante el lecho funeral.

Se diría que le agobia todo un mundo de tristezas
que le mata el desconsuelo, que se muere de aflicción.
¿Por qué crispa sus dos manos? ¿Por qué inclina la cabeza?
¿Por qué tiembla? ¿Por qué gime, por qué llora, por qué reza?
¡hay misterios que estremecen hasta el fondo del corazón!

De repente se alza el monje del helado y duro suelo
a la muerte se aproxima y la llama a media voz,
y al ver que ella sigue muda, sigue fría como el hielo
la acaricia con ternura, la mirada eleva al cielo
y murmura entre los dientes "Qué justicia Santo Dios"

Luego clava sus pupilas en la pálida doncella
la contempla largo rato con recóndita piedad
y tomando entre sus manos una mano de las de ella
la aproxima hasta sus labios, con un ósculo la sella
y habla y gime y llora a gritos como un niño en la orfandad.

¡Dora! exclama: ¡Dora mía! te estoy viendo muda y yerta;
y no creo que la muerte haya osado herirte a ti
¡muerta tú!... ¿será posible? no, mil veces no estás muerta,
duermes... sueñas, estás viva, por piedad mi amor despierta
no te mueras, no me dejes, vive, vive para mí.

Yo era huérfano, y estaba solo y triste en este suelo
mas Dios quiso que te hallara y no tuve penas ya,
¿lo oyes Dora? ¡Dios lo quiso! piedad tuvo de mi duelo
y para ángel de mi guarda te envió un día desde el cielo,
tú no puedes pues morirte, Dios no quita lo que da.

Así envuelta en blancos tules, coronada así de flores
ofrecí llevarte al templo y jurarte esclavitud,
¡sueño efímero! tus padres por matar nuestros amores
te encerraron en este antro de recónditos dolores
y hoy que vengo a buscarte te hallo en un ataúd.

Pobre novia de mis sueños, pobre tórtola sin nido,
virgen mártir que viviste con el alma rota en dos
¿por qué callas si te llamo? ¿por qué no oyes mi gemido?
¿te cansaste de esperarme y a los cielos has partido?
Vuelve... vuelve te lo ruego, yo te quiero como a Dios.

Calla el monje, mas de pronto como un loco que se excita
toma en brazos aquel ángel que en la vida tanto amó
y besándola en la boca "¡Vuelve en ti por Dios le grita!"
toma mi alma, en este beso, resucita, resucita.,
toma mi alma, toma mi alma, vive tú aunque muera yo.

Un prodigio se ve entonces, ella agita sus despojos
como herida de repente, por el dardo del dolor
en sus pálidas mejillas, aparecen tintes rojos,
quiere hablar, mueve los labios; ya despierta, abre los ojos
todo alivia, hasta la muerte a los besos del amor.

Una aurora clara y bella a la noche ha sucedido
y en el templo que el sol baña y empieza a iluminar
yace el monje de albo traje junto al féretro tendido
y los búhos que allí moran, que han formado allí su nido
lo contemplan con asombro por la grieta de un altar.

¡Está muerto! y se diría que perdura en su hondo duelo
que repite entre los dientes: "Qué justicia Santo Dios"
¡está muerto! lo mataron el dolor y el desconsuelo,
no halló aquí a su prometida y a buscarla se fue al cielo,
¡Ya están juntos! una tumba es la tumba de los dos.
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YO SÉ BIEN QUE OTRA VEZ... TE QUISE MUCHO


Enrique BANCHS
(Argentino, 1888-1968)

Yo sé bien que otra vez te quise mucho,
pero hace tanto tiempo, ¡pero tanto!
que del lejano tiempo sólo escucho
dentro de mí, sin causa siempre, el llanto.

Es un sollozo como un ala viva
y una espina en la sombra la apuñala,
¡ira torpe en la mísera cautiva!
y el ala en sangre y traspasada, el ala

se agita siempre en sangre y traspasada.
¿Ha existido ese tiempo? No tal vez...
Pero una cosa es cierta: una mirada

vista en el fondo de una edad pasada,
(sobre las tumbas, sobre mucha nada,
entre las almas) por primera vez.
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MONÓLOGO DEL AMOR QUE NO QUIERE AMAR


Ignacio B. ANZOATEGUI (h)
(Argentino, 1935- ... )

Este querer amarte por quererte,
y este miedo de amarte sin amarte,
y este querer perderte por ganarte,
y este querer amarte sin perderte.

Y este ganarte sin saber perderte,
y este perderte sin saber ganarte,
me dan miedo de amarte por amarte
cuando quisiera no querer quererte.

Este miedo de amarte sin ganarte
y este querer ganarte sin perderte
me obligan a perderte sin amarte.

Porque el miedo de amarte y de perderte
y el miedo de quererte y de ganarte
es el miedo de amarte hasta la muerte.
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MASI


Ignacio B. ANZOATEGUI (h)
(Argentino, 1935- ... )

Qué va a pasar conmigo cuando mueras,
qué quedará de mí cuando te vayas;
con quién me abrazaré cuando la pena
recorra las cavernas de mi alma.

Entonces no sabré si la materia
es cosa real o soledad pintada,
o sueño nada más, o nube entera
lo que quede, mi amor, cuando te vayas.

Quedará el tiempo en un reloj de arena
y una valija con mis versos de agua,
y las pinturas que pinté de veras
sólo, mi amor, porque conmigo estabas.

Y qué parte de mí se irá contigo
en el viaje larguísimo del alma.
Qué armas hallaré en los arsenales
para sobrellevar mi circunstancia.

Si estando ahora aquí, luchando juntos,
se mueven dentro mío estos fantasmas,
qué va a pasar conmigo cuando mueras,
que quedará de mí cuando te vayas.
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ESTOY AQUÍ / I


Ignacio B. ANZOATEGUI (h)
(Argentino, 1935- ... )


Estoy aquí para el recuerdo,
estoy aquí para decir la vida,
estoy aquí contigo desde siempre
por el dolor feliz que nos cobija,
para nombrar el nombre de las cosas
y hacer del canto nuestro
una canción vital de la alegría.

Por el amor que nos convoca
desde un tiempo feliz, de maravilla,
traigo en las manos la luna
recién florecida.

Estoy contigo desde siempre
para acompañarte en la alegría;
para el dolor feliz que alimentamos,
para el feliz dolor que nos cobija.

Y que el amor que ahora nos convoca
dure la vida
de los dos
hasta un tiempo feliz, de maravilla.
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DONDE QUEPA EL AMOR




Ignacio B. ANZOATEGUI (h)
(Argentino, 1935- ... )

Te llevo adentro del bolsillo
todas las mañanas
al salir de casa;
todas las tardes
al volver.
Aun cuando parezco desnudo,
cuando parezco no tener bolsillos
estás en el bolsillo de mi corazón.
Y cuando duermo,
en el feliz bolsillo del sueño,
en el territorio de la paz.
Te llevo
donde quepa el amor.
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PASIÓN


"ALMAFUERTE" Pedro Bonifacio PALACIOS
(Argentino, 1854-1917)

Tú tienes, para mí, todo lo bello
que cielo y tierra y corazón abarcan;
la atracción estelar ¡de esas estrellas
que atraen como tus lágrimas!;

la sinfonía sacra de los seres,
los vientos y los bosques y las aguas,
en el lenguaje mudo de tus ojos
que, mirándome, hablan;

los atrevidos rasgos de las cumbres
que la celeste inmensidad asaltan,
en las gentiles curvas de tu seno...
¡Oh, colina sagrada!

Y el desdeñoso arrastre de las olas
sobre los verdes juncos y las algas,
en el raudo vagar de tu memoria
por mi vida de paria.

Yo tengo, para ti, todo lo noble
que cielos y tierra y corazón abarcan;
el calor de los soles- ¡de los soles
que, como yo, te aman!;

el genio profundo de las ondas
que mueren a tus pies sobre la playa,
en el tapiz purpúreo de mi espíritu
abatido a tus plantas;

la castidad celeste de los besos
de tu madre bendita, en la mañana,
en la caricia augusta con que tierna
te circunda mi alma.

¡Tú tienes, para mí, todo lo bello;
yo tengo, para ti, todo lo que ama;
tú, para mí, la luz que resplandece,
yo, para ti, sus llamas!
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RETORNOS DEL AMOR EN MEDIO DEL MAR


Rafael ALBERTI
(Español, 1902-...)

Esplendor mío, amor,
inicial de mi vida,
quiero decirte toda tu belleza,
aquí, en medio del mar, cuando voy en tu busca,
cuando tan sólo puedo compararte
con la hermosura tibia de las olas.
Es tu cabeza un manantial de oro,
una lluvia de espuma dorada que me enciende
y lleva a navegar al fondo de la noche.
Es tu frente la aurora con dos arcos
por los que pasan dulces esos soles
con que sueñan al alba los navíos.
¿Qué decir de tu boca y tus orejas,
de tu cuello y tus hombros si el mar esconde conchas,
corales y jardines sumergidos
que quisiera al soplo
de las alas del sur ser como ellos?
Son tus costados como dos lejanas
bahías en reposo
donde al son de tus brazos sólo canta
el silencio de amor que las rodea.
Triste es hablar, cuando se está distante,
de los golfos de sombra, de las islas
que llaman al marino que los siente
pasar, sin verlos, fuera de su ruta.
Amor mío, tus piernas son dos playas,
dos médanos tendidos que se elevan
con un rumor de juncos si no duermen.
Dame tus pies pequeños para andarte.
Voy por el mar, voy sobre ti, mi vida,
para sentirte todas tus riberas,
sobre tu amor, hacia tu amor, cantando
tu belleza más bella que las olas.
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LA CITA


Delmira AGUSTINI
(Uruguaya, 1886-1914)

En tu alcoba techada de ensueños, haz derroche
de flores y de luces de espíritu; mi alma
calzada de silencio y vestida de calma,
irá a ti por la senda más negra de esta noche.

Apaga las bujías para ver cosas bellas;
cierra todas las puertas para entrar la ilusión;
arranca del Misterio un manojo de estrellas
y enflora como un vaso triunfal tu corazón.

¡Y esperarás sonriendo, y esperarás llorando!...
Cuando llegue mi alma, tal vez reces pensando
que el cielo dulcemente se derrama en tu pecho.

¡Para él, amor divino, ten un diván de calma,
o con el lirio místico que es su arma, mi alma
apagará una a una las rosas de tu lecho!
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EXPLOSIÓN



Delmira AGUSTINI
(Uruguaya, 1886-1914)

¡Sí la vida es amor, bendita sea!
¡Quiero más vida para amar! Hoy siento
que no valen mil años de la idea
lo que un minuto azul de sentimiento.

Mi corazón moría triste y lento,
hoy abre en luz como una flor febea.
¡La vida brota como un mar violento
donde la mano del amor golpea!

Hoy partió hacia la noche triste, fría,
rotas las alas, mi melancolía,
como una vieja mancha de dolor.

En la sombra lejana se deslíe...
¡Mi vida toda canta, besa, ríe!
¡Mi vida toda es una boca en flor!
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NOCTURNO


Manuel ACUÑA
(Mexicano, 1849-1873)

Pues bien, yo necesito
decirte que te adoro,
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro
y mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto,
y al grito que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.

Yo quiero que tú sepas
que ya hace muchos días
estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir;
que ya se han muerto todas
las esperanzas mías,
que están mis noches negras,
tan negras y sombrías,
que ya no sé ni en dónde
se alzaba el porvenir.

De noche, cuando pongo
mis sienes en la almohada
y hacia otro mundo quiero
mi espíritu volver,
camino mucho, mucho,
y al fin de la jornada
las formas de mi madre
se pierden en la nada
y tú de nuevo vuelves
en mi alma a aparecer.

Comprendo que tus besos
jamás han de ser míos,
comprendo que en tus ojos
no me he de ver jamás,
y de amor y en mis locos
y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes,
adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos,
te quiero mucho más.

A veces pienso en darte
mi eterna despedida,
borrarte en mis recuerdos
y hundirte en mi pasión;
mas si es en vano todo
y el alma no te olvida,
¿qué quieres tú que yo haga,
pedazo de mi vida,
qué quieres tú que yo haga
con este corazón?

Y luego que ya estaba
concluido tu santuario,
tu lámpara encendida,
tu velo en el altar,
el sol de la mañana
detrás del campanario,
chispeando las antorchas,
humeando el incensario
y abierta allá a lo lejos
la puerta del hogar...

¡Qué hermoso hubiera sido
vivir bajo aquel techo,
los dos unidos siempre
y amándonos los dos;
tú siempre enamorada,
yo siempre satisfecho,
los dos una sola alma,
los dos un solo pecho,
y en medio de nosotros,
mi madre como un Dios!

¡Figúrate qué hermosas
las horas de esa vida!
¡Qué dulce y bello el viaje
por una tierra así!
Y yo soñaba en eso,
mi santa prometida;
y al delirar en eso,
el alma estremecida,
pensaba yo en ser bueno
por ti, no más, por ti.

¡Bien sabe Dios que ése era
mi más hermoso sueño,
mi afán y mi esperanza,
mi dicha y mi placer;
bien sabe Dios que en nada
cifraba yo mi empeño,
sino en amarte mucho
bajo el hogar risueño
que me envolvió en sus besos
cuando me vio nacer!

Esa era mi esperanza...,
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡adiós, por la vez última,
amor de mis amores,
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores,
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!
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LA PREEMINENCIA DEL AMOR


EL NUEVO TESTAMENTO - CARTAS PAULINAS
PRIMERA CARTA A LOS CORINTIOS
1 Corintios 13.1 a 1 Corintios 13.13


13
1 Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resue¬na o un platillo que retiñe.
2 Aunque tuviera el don de la profe¬cía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
3 Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
4 El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece,
5 no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido,
6 no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
7 El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espe¬ra, todo lo soporta
8 El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá,
9 porque nuestra cien¬cia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.
10 Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
11 Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño,
12 pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imper¬fectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.
13 En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.
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martes, abril 28, 2009

Era cano y moreno


Miguel hernández
(Fragmento del auto sacramental Quien te ha visto y quien te ve, 1934.)

Era cano y moreno,
alto y mejor mirado que una roca
florecida de hinojos y cantueso,
nutrida de jarales.
Como la paz de bueno,
la regalada llaga de su boca,
entre la voz y el beso
destilaba panales.
¡Ay dolor sin compaña!
¡Ay pena sin pareja!
¡Ay qué grande sin él es la cabaña!
¡Ay qué sola sin él está la oveja!
Despiértate a mi queja:
no duermas, que me muero,
no mueras, que no vivo.
¡Válgame, mi cordero!,
¡qué triste!, ¡qué roncero!,
¡qué blanco!, ¡qué inactivo!
Te dio el sueño un acero,
y para que durmiera
te dieron en la frente
una piedra de mala cabecera.
¡Ay sangre! Espera, espera
que recoja tu vino diligente
antes que haga este monte regadío;
que mi amor no se quede de vacío,
que el sabor de tus venas me alimente.
¡Ay, no te acabes, fuente!
¡Ay, déjame pastar en tus corales
exprimidos por una mano dura!
Soy oveja metida entre zarzales,
si de tu amor mi boca fue pastura.
¡Ay, majada segura!,
no dejes que me pierda en los alcores
armados de alacranes y culebras;
que paste sola agrillo de temores,
que embarrancada quede en estas quiebras.
¡Ay flores!
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No hieles, viento, ahora


Miguel hernández
(Fragmento del auto sacramental Quien te ha visto y quien te ve, 1934.)

No hieles, viento, ahora,
que se duerma mi cielo
hasta el día y la aurora.
No lo dejes de hielo.
No lo dejes de hielooó...
No lo dejes de hielooó...
Que estoy enamorada
de su mata de pelooó...
Pasa, paz, por su frente,
tu mano sosegada.
Pasa, paz, de repente,
que estoy enamorada.
Nocturno mediodía,
no levantes el vuelo.
Alma mía, alma mía,
no lo dejes de hielo.
No madrugues, rosada:
no vengas hoy de prisa,
que estoy, enamorada,
fuera de mi camisa.
Está que arde la nieve
con la luna lunada;
está que arde la nieve
de verme enamorada.
Dedos de terciopelo
quisiera para cada
caricia de mi cielo,
que estoy enamorada.
Está la luna en celo
sobre tornalunada.
Más pálida que el hielo
estoy enamorada.
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Por de fuera tengo la corteza áspera


Miguel hernández
(Fragmento del auto sacramental Quien te ha visto y quien te ve, 1934.)

... Por de fuera
tengo la corteza áspera,
pero por de dentro tengo
tierna de palmito el alma.
Glorifico lo que toco,
de altura lo animo y gracia;
y el que me lleva, llevando
está la victoria en andas.
Para llegar al Señor,
fabrico eternas escalas
que, sin un arco de dudas,
suben rectas a su estancia,
y allí ya, resultan cálices
y ángeles de bronce y ámbar.
Muchos miran a mi altura,
no por los bienes que guarda,
sino por los que gotea,
maná de mieles y pasta.
¡Bienaventurado aquel
que sin fijarse en mis ramas
ni en mis frutos llegue a mí
sólo por amor, por ansia
de tenerme y de mirarme
con enamorada rabia!
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En tu angosto silbido está tu quid


Miguel hernández
(De Perito en lunas, 1933)

En tu angosto silbido está tu quid,
y, cohete, te elevas o te abates;
de la arena, del sol con más quilates,
lógica consecuencia de la vid.
Por mi dicha, a mi madre, con tu ardid,
en humanos hiciste entrar combates.
Dame, aunque se horroricen los gitanos,
veneno activo el más, de los manzanos.
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lunes, abril 27, 2009

Cartas Feliz Cumpleaños Amor


Hola

Que lindo es cumplir años sabiendo que has cumplido, como hombre de bien con tus propósitos. Eres buen hermano, buen hijo, buen tío y excelente novio, que mas le podrás pedir a al vida. Cumplir años así es una delicia inconmensurable, hermoso sin duda alguna.

Quiero aprovechar esta oportunidad para decirte que te amo con intensidad suprema, que me siento muy orgulloso de estar a tu lado. Cada segundo que comparto, me haces sentir la mujer mas feliz, muy tuya mi vida.

Que este día tan especial se a uno mas de los muchos que ya llegan. Bendiciones todas en este tu cumpleaños. Que todos los ángeles te sigan protegiendo y colmando de felicidad, mi amor.
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Frases de amor


Mece mis sentimientos con tu mirada dulce, deja que me duerma esta noche en tu regazo, mientras cierro los ojos y recuerdo tu cara bella para soñar mientras viva.

"Si tan solo pudiera amarte, quererte e idolatrarte, si tan solo me dejaras llegar a ti para detenerme en tu ternura y gozar de tu dulzura, si me dejaras entrar en tus sueños de placer..seria tu esclavo de amor para hacerte feliz"

Estoy escribiéndote palabras al ritmo de mi corazón, palabras que no pueden reflejar tu inmensidad, vacías pero llenas de fascinación....estoy regalándote palabras de amor que matan mi voluntad

Una mirada, dos pasos, tres palabras, cuatro caricias, cinco suspiros, seis emociones, siete besos, ocho sueños, nueve promesas...un amor.

Seré parte de tu piel, de tus labios, de tu fuego, seré objeto de tus sonrisas, de tus miradas, de tus caricias, seré tu sueño de amor y tu realidad de sentir.....

Mil veces intento olvidarte, mil veces vuelves con tu belleza tierna y penetrante, mi voluntad es de tu amor y mi amor es tuyo.

Susúrrame un beso, un beso de placer, un placer con sabor, sabor a tus labios, labios de fuego, fuego en tus caricias, caricias que aman ...ámame.

Miro en el espejo de tus ojos y solo encuentro amor, mis caricias encontraron tu cuerpo, y mis labios fueron directos a conocer tu boca, tu voz me sonó a música divina y caí en tu amor.

Estaré en tus sueños velando tus silencios, estaré en tu vida soñando con amarte y pensando en ser tuyo, estaré en tus caricias sintiendo que eres mía.

Me gusta cuando tus labios rozan mi felicidad y mis caricias llegan a tu amor, cuando el cielo se refleja en tu mirada y me acunas en tu regazo de placer....me gusta cuando me amas y yo te doy todo.

Ven, ven solo un minuto, ven con tu ilusión de niña adolescente y tu amor de ternura incrustada en tu belleza, ven que quiero decirte que te amo...ven que te daré mi amor.

Quiero quererte y solo puedo amarte, quiero olvidarte pero vives en mi mente, quiero no oírte pero gritas en mi corazón.. quiero alejarme pero estás en mi.
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domingo, abril 26, 2009

No se como se llama esto



 Te quiero, pero no se como se llama lo nuestro, no tiene nombre, es algo especial que espero nunca llegue a acabar, solamente se que al hablarte por teléfono, es como si estuvieras, conmigo, en ese instante.

Aun recuerdo, nuestro primer encuentro. Aun recuerdo, esa platica tan interesante que tuvimos, aun recuerdo, que no aceptaba lo que sentía por ti, mi corazón gritaba que te amaba, pero yo me resistía a aceptar la realidad, pero solo bastó un solo beso, para que me diera cuenta que era mas fuerte mi sentimiento que la realidad que yo quisiera que fuera.

Te quiero mucho. No se como, te empecé a amar. Tal vez te empecé a amar desde antes que te conociera, pero no quisiera ponerle nombre a esto. Desde el primero momento supe que era algo especial, que era algo que nunca había yo sentido, pero no quiero ponerle nombre a algo tan lindo que existe entre tu y yo, no puedo decir que somos novios, no puedo decir que somos amantes, no puedo decir que somos amigos, por que las tres cosas juntas, es lo que somos, algo tan especial, que no se como llamarle...
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sábado, abril 25, 2009

Hablar de ti


Hablar de ti es hablar de mi presente, de mi futuro y porque no decirlo de mi pasado, porque en el está impregnada mi soledad, mi desesperación, mi deseo incansable de encontrarte, de navegar contra éste océano, contra ésta inmensidad de tanto dolor.

Hablar de ti es fusionar mi realidad con mis sueños, desprender mi mente del mundo real y conectarme a ti. Tengo tanto que decirte, hay tanto de que hablar, son tantos sueños en tan pocas palabras que hablar de ellos en este momento sin ti seria intolerable.

Prefiero esperar, prefiero hacerme a la idea que pronto vendrás, que estás buscándome como yo a ti, que estás dispuesta a compartir tu mundo, que estás ansiosa como yo de formar el nuestro, crearlo junto a mí.

No te conozco aún, no se que pensar de ti y sin embargo intento persuadirme entre sueños pero tu imagen sin rostro permanece junto a mi.

En mi cama duermes y me estremezco al tocar tu piel. Dormir en tus brazos y despertar sin ti se me hace costumbre; sentir tus caricias y envolverme en tus muslos se me está haciendo un hábito, una terrible necesidad.

A veces me parece encontrarte, pues suelo confundirte entre la espesa bruma, cuando te siento cerca llega siempre el desconsuelo, como si el terrible destino quisiera burlarse, me grita que no estás, que no te tengo aquí, caigo una tras otra buscándote en ésta batalla sin tregua y no te logro encontrar, no llegas a mí, pareciera que nunca vendrás.

Me siento terriblemente sólo pero no puedo perder las esperanzas, mañana empezaré mi búsqueda de nuevo intentando no equivocar de nuevo mi camino, mi instinto me ha de llevar con certeza a ti aunque me demore una eternidad, estoy dispuesto ha esperarte porque no tengo más que perder y sin embargo tanto que ganar…
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viernes, abril 24, 2009

Cada momento


 La esperanza que se irradia,
la belleza de la creación, del amor que solo se da entre los dos, de tu presencia en este mundo, es que siento lo que siento, por que eres un ángel divino que Dios perdió en su camino, que irradia el amor que existe, que trae la felicidad y la dicha de que estés tú conmigo.

Sabes el tiempo que estamos es precioso, cada momento que te llevo en mis pensamientos, es cada momento que vivo, cada que te siento toco el cielo, cada vez que te observo, veo las estrellas que forman el universo, cada vez que respiro es por que tu eres mi oxigeno.

Cada momento me acuerdo de ti, hay dentro de mi un amor que es puro e infinito, que valora lo que tu eres, que te apoya sin condiciones, que te extraña cuando no estas conmigo, que me inspira a decir lo que siento, que saca una sola y única conclusión que yo…

¡Te amo!
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A la mas linda... a ti niña



Hoy quiero pedirte que charlemos y no precisamente de nosotros, puede ser cualquier cosa, pero el chiste es que charlemos, yo necesito hablar con alguien y habria mejor persona que la que provoca esto... sabes he decidido aplacarme con este sentimiento a ti, un sentimiento unico, muy grande e inigualable; un sentimiento que no había sentido por alguna otra persona, un sentimiento nuevo para mi, un sentimiento que trae otros, como "envidia" por el chavo que tu
quieres, por esa persona que me quito los animos, esa persona que te quiere, pero que no te quiere tanto como yo; "dolor" por no tenerte, por estar sin poder hacer algo, por tenerte ahi todos los días, dolor por amarte asi; trizteza por saber que no me quieres, por tus desprecios, por mi soledad, por mi amor; odio a mi persona, por ser asi de tonto, por no poder olvidarte, por no dejar de amarte y no poder olvidarte; son tantas cosas y todas gracias a ti... sabes ahora espero que menciones algo y si no lo haces tu, yo lo hare ok.

Ya sabes que yo ahi estare esperando tu respuesta, viviendo por ti y a la vez muriendo por ti...
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Dime, ¿cómo puedo olvidarte?


Es que no entiendo como lo hiciste tan rápido, seguramente nunca me quisiste y yo siempre te amé... me costará la vida entera poder olvidarte.

Será muy duro para mi el fingir amar a otra mientras en verdad yo te amo a ti, lloro por ti, delirio por ti y suspiro por ti.

¿Qué le digo a ella, mientras me dice que me ama? ¿y yo qué le digo? ¿Que en verdad te amo a ti, o que me de tiempo para poder amarla, o que yo no sé amar y que me enseñe? Eso sería mentirme a mi mismo y engañarle a ella.

Estás dentro de mi piel y me estás quemando el alma, añoro tus besos y necesito ver esa sonrisa que me hacía sentir seguro, pero porque no amo a quien me ama.

Me muero por ti y tú lo sabes, y eso es lo que más me duele, que te alejas de mí y yo llorando por ti, tratar de olvidarte es en vano, quiero amar a otra persona pero no puedo porque cada segundo de mi vida pienso en ti y más te anhelo.

Quizás nunca fuiste mía y yo por estar enamorado me creí que alguien como tú se podría fijar en mi, ¿suena estúpido verdad? Cuando no estás me siento solo y triste. Así me siento cuando estoy con ella, aunque trato de disimular lo contrario, nota algo raro en mi pero no puedo evitarlo, porque me duele ver que lo que más amo está tan lejos de mi alcance que es como un puñal que atraviesa mi alma ya herida por tu causa.

Tantas cosas me prohíben estar contigo, pero no puedo evitar el hecho de amarte con locura y pasión, ya te dije que si tú no quieres estar conmigo me resignaré, y me quedaré con ella aunque te ame a ti, y aunque nunca te pueda olvidar.

Dejaste tu huella clavada en mi alma, cada lágrima que derramo lleva tu nombre grabado y cada lugar de mi cuerpo tiene tus caricias y mis labios tus besos apasionados.

He llegado a una conclusión. ¿Sabes por qué no te olvido? Porque te amo y no quiero olvidarme de ti, porque eres lo mejor que me a pasado y he notado tus miradas y sé que tú también me amas, pero como yo te digo... eres prohibida, tratas de alejarte de mi para no hacerme más daño pero mientras más te alejas más te extraño y te amo.
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miércoles, abril 22, 2009

Querido amigo


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR
(escritas por adolescentes)

Querido amigo: Estoy escribiéndote desde la playa, desde el sitio en el que nos conocimos por primera vez. Todavía recuerdo ese día en el que me hablaste. No sabías qué decirme, pero conseguiste que al final de la noche te diera mi número de teléfono. Quedamos muchos días, y hicimos muchas cosas juntos. Para mí eras una persona en la que podía confiar y contarte todos mis secretos. Pero desde que me dejaste, no puedo dormir. No quiero salir a la calle, porque veo muchas parejas y me viene a la cabeza todo lo que vivimos juntos. Siento que mi corazón no late como antes, cuando estaba junto a ti. Me has roto el corazón. Tú eras la persona que me daba alegría y ahora me falta el azúcar que hacía endulzar mi vida. Me gustaría que pensaras en todas las cosas buenas que yo te dije. Acuérdate de cómo nos conocimos, de nuestro primer beso...Te quiero mucho y no me siento bien si tú no estás a mi lado. Besos
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Al acordarme de ti


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR
(escritas por adolescentes)

Al acordarme de ti, me acuerdo asimismo de los miles de kilómetros que nos separan, y vuelve de nuevo el frío que instantes atrás se había desvanecido. Me falta el fuego que hacía calentar mi vida, me faltas tú. No sé por qué no has querido acompañarme en este viaje, y tampoco sé por qué no has confiado en mí y me has contado tus razones, pero supongo que tendrás algunos asuntos pendientes por hacer. De todas formas, quiero que sepas que yo respeto tu decisión y sólo espero que no te pase nada malo en mi ausencia, porque no sabría qué hacer si algo te sucediera, acuérdate: Si te caes, yo me caigo. Sin nada más que decirte, te envío un dulce y fuerte abrazo. Cuídate mucho y respóndeme cuanto antes.
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Responder tu carta


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR
(escritas por adolescentes)

Mi amor: He intentado responder a tu carta lo antes posible, pero como ya sabes, no soy muy buena escogiendo palabras. Aquí, en Suiza, hace mucho frío y casi siempre está nevando, pero a mí me da igual, porque solo con recordar tus caricias, tus besos y tu voz, me siento como si estuviera en un desierto, a cuarenta grados. Es como si el frío se desvaneciese ante tu recuerdo. Pero
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Estoy al borde de la desesperación


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR
(escritas por adolescentes)

Amada mía, Estoy al borde de la desesperación. Desde aquella última tarde en que te vi me falta la felicidad que tenía cuando estabas a mi lado. ¡Cada segundo que pasa sin ti se me clava en el pecho como si fuese una aguja infectada de miedo, amargura, deseos de verte, rabia, dolor insufrible, ganas de llorar y hasta me viene a mente la idea de suicidarme! Volver a verte sería el deseo que pediría a un genio. No aguanto más a mi mujer. Tú fuiste la primera mujer que me robó el corazón, y mi padre me la arrebató de las manos obligándome a casarme con esa arpía. Dentro de seis días me escaparé del castillo de mi padre para nunca volver. Podemos irnos al pueblo o si lo prefieres podemos irnos del pueblo, de la comarca, del país, del imperio de mi padre, del continente... si tú estás a mi lado viviría hasta debajo de la tierra. Ya lo tengo todo preparado, en cuanto suene la décima campana de las doce de la noche llamaré a tu puerta. Para ese momento debes tener todo preparado. Porque estoy enfermo. Tú eres mi enfermedad porque cuando no estás a mi lado siento todos los males que se puedan sentir. Pero, a la vez, tú eres mi cura, ya que cuando se cruza tu hermosa mirada con la mía se me van todos los males y mi felicidad se convierte en tal, que supera la de todos los seres del planeta. ¿Por qué eres tan bella? Para la dueña de mi alma:
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Desde que te vi la primera vez


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR
(escritas por adolescentes)

AMADA MIA: Desde que te vi la primera vez supe que me gustabas mucho, por eso te envío esta carta para expresar lo que siento hacia ti. Soy tu gran admirador: aunque tú no sepas quién soy yo, yo te conozco muy bien. Tienes unos ojos que iluminan como dos estrellas, tu sonrisa es tan bonita que hace enloquecer y tienes unas mejillas rojizas como dos tomates. Cada vez que pasas al lado de mí, siento el impulso de decirte lo que siento, pero soy demasiado tímido como para decírtelo a la cara. Cuando estás cerca de mí, el corazón me va a tal velocidad que me tiembla el pulso, cuando te miro parece como que me hipnotizaras porque no puedo dejar de mirarte. También me encanta tu psíquico. Siempre que te veo tienes una sonrisa que ilumina tu cara, cada vez que te dan una mala noticia tú lo intentas asimilar lo más positivo posible. Bueno, te he expresado mis sentimientos de la forma más sincera posible, y aquí me despido de ti con todo mi amor, agur.
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martes, abril 21, 2009

Tu imagen


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR
(escritas por adolescentes)

Aun veo ante mí la imagen de ese día gris, triste y lluvioso. Sin duda será un día marcado en mi corazón. Tú te fuiste sin dejar rastro y yo caí desplomada sobre el camino de la ladera donde tú desapareciste poco a poco. Desde entonces no me he separado de este lugar, pensando que hoy o mañana volverás junto a mí. A pesar de que mi corazón esté dañado, yo te sigo queriendo y no me cansaré de decirte ¡TE QUIERO! Mi corazón no resistirá mucho tiempo sin saber de ti y mucho menos sin saber si algún día, muy temprano, tú volverás. Te necesito. Nada tiene sentido si tú no estás aquí, porque tú eres la proteína que fortalecía mi vida. No te puedo olvidar por más que lo intento, ya que todo lo que hago me recuerda a ti. ¡TE QUIERO TANTO! Espero tener pronto noticias de ti y saber si tú también sientes esto por mí, este amor tan profundo que hay en mi interior. Porque ¡TE QUIERO, TE AMO, TE ADORO! Y nada podrá impedir mi amor por ti.
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Hola mi amor


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR 
(escritas por adolescentes) 

Hola mi amor: Hace diez días que no nos vemos, nunca pensé que fuera tan duro vivir sin ti. Los días se me hacen interminables. Cuando voy a mi paseo diario y veo a otras parejas agarradas de la mano aun me siento peor, recordando cuando nosotros paseábamos juntos. Pero lo peor es cuando regreso a casa y al abrir la puerta no te encuentro. Esa soledad es superior a mí, porque era el único momento del día en el que estábamos juntos. La soledad y el silencio de esta nuestra casa, son como pesadas losas que me oprimen. Al anochecer, a la hora de la cena noto más ese vacío pues tengo que prepararme algo para comer cuando eras tú quien lo hacía. Pero al final lo supero y termino cenando algo. Luego cuando me siento a ver la televisión, también te añoro, porque en cualquier momento vuelves a mi memoria viendo cualquier película de amor. Al cabo del rato el agotamiento puede conmigo y me acuesto. Estar en la cama y no notarte es como caer al vacío sin paracaídas. Pero sé que este martirio pronto terminará, y sueño con ese momento. Y espero que como a mí la llama de tu corazón nunca se apague. Un beso
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La última vez que vi tu perfecto rostro


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR
(escritas por adolescentes)

La última vez que vi tu perfecto rostro. De hecho, no paro de recordarlo. ¿Cómo es posible que una persona ame tanto a otra, y que no pueda dejar de pensar en ella ni un solo momento? Desde tu partida, yo no soy la misma. No paro de recordar los momentos que pasamos juntos y no dejo de preguntarme qué hubiera pasado si no te hubieras ido. Me falta el azúcar que endulzaba mi vida. Lo peor de todo esto es que sé que lo nuestro para ti no fue más que una equivocación, otra más. Pero para mí no. Ya sabes que no. A veces me lleno de frustración y pienso que me debería olvidar de ti. Pero luego, llena de lágrimas, afronto la realidad. No puedo. No puedo vivir sin ti, como si nunca hubiera pasado nada. Sigo soñando con una caricia, con un beso, con tan solo algo tuyo.
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Querido mio


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR 
(escritas por adolescentes) 

Querido mío, te escribo porque no puedo más. Me hallo en un oscuro y frío edificio, en el que parece que no hay movimiento alguno. No oigo más que el ruido que hace el rozamiento de mi lápiz contra este papel. Llevo toda la tarde pensando en nuestra relación... Fuera hace una terrible tormenta que ojalá no acabe nunca, pues es el fenómeno que mejor describe el estado de mi desdichado corazón. Parece que fue ayer
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Querido amado mío


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR
(escritas por adolescentes)

Querido amado mío: Me encuentro muy sola, en medio de un terrible infierno. Ayer por la mañana me marché a un país extranjero para poder superar esta tristeza que ha vencido mis ganas de vivir. Te escribo desde la orilla del mar sintiendo que mis recuerdos se desvanecen en el horizonte poco a poco, arrastrados por las fuertes olas hasta el fondo; donde ni siquiera los rayos del caluroso sol hacen más cálida la fría temperatura del agua. Ha pasado por mi cabeza la idea de ahogarme junto a ellos, pero, tal y como te prometí la madrugada en la que intercambiamos miradas por última vez, intentaré avivar las leves chispas que aún duran en mi corazón. Viviré para recordar mis mejores años de felicidad, junto a ti. Junto a la persona de la cual yo me enamoré. Siento que ya ha concluido mi tiempo de felicidad, ahora solo me queda torturarme día a día sabiendo que nunca volveré a ver esa sonrisa que tanto me alegraba. Con eso quiero decirte que mi vida sin ti no es lo mismo, porque me falta el azúcar que endulzaba mi vida. Espero que guardes está carta durante el resto de tu vida, porque para mí lo es todo. Un fuerte abrazo y sinceramente espero que no te equivoques con esta decisión de no formar parte de mi vida.
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Querida mía


ANTOLOGÍA DE CARTAS DE AMOR
(escritas por adolescentes)

Querida mía: Pensé que nunca llegarías y mi mundo era algo sin sentido, pero en el fondo de mi corazón esperaba que tú llegaras a llenar cada uno de mis espacios... Ha pasado un día, dos, tres y hoy, aún ahí estas. Me encantaría poder estar junto a ti, abrazarte y disfrutar contigo, poder sentir tu tacto y darte un beso. Llenas y fortaleces día a día mi corazón...Quiero que mis días sean eternos y que nunca olvides aquella noche. Hoy aún me parece increíble seguir sintiendo esas cosas que sentí cuando te conocí. Nunca podré olvidarte.
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sábado, abril 18, 2009

El amor y el hambre








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Carta XXX


XXX

Manuel, mal día. Olvidé dejarte dicho fueras a San Gabriel. Tuve que alojarme allá. Mal día, porque era mi cumpleaños y yo esperaba salir contigo al campo, toda la tarde. Llegué a las 12. No he salido hasta ahora (las seis) esperándote. Ya no vienes y estoy triste.

¿Por qué no me leíste los versos?

Dime la dirección de Prado. Tengo que escribirle.

Estaré aquí todas las mañanas.

Hasta pronto.

Tu L.
7 de Abril, 21
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Carta XVII


de "Cartas de amor"
(Gabriela Mistral)


Manuel, perdóname la que hoy te puse al correo. Tú sabes que no tengo fe en los seres, como tú no la tienes en Dios y que he tenido razón, mucha razón para creer lo que he creído, para escribir lo que he escrito y sangrar como he sangrado.

Voy a contarte para que, en parte, comprendas mi estado de ánimo, la impresión que el recibir tu paquete me dio.

Anoche te escribí la que recibirás con ésta. Me dormí muy tarde. Ha sido ésta una verdadera semana de Pasión (de Calvario) mía. Desperté esta mañana tan sin fuerzas físicas y morales, que me levanté a las 2 P.M. Tenía la certidumbre de que carta tuya ya no me llegaría y no mandé al Correo. A las 2, fue el mozo por iniciativa propia. Cuando me entregaron tu paquete entre otras cartas y diarios, mi emoción fue tan grande, Manuel, que no podía abrir la faja de la revista. Rasgada, me puse con una torpeza de manos paralíticas a hurgar entre las hojas. En las dobladas no estaba la carta. ¿Era que no venía? Cuando cayó en mis faldas la tomé y la empecé a leer en un estado indescriptible. Ríete de lo que voy a contarte: las manos se me sacudían como las de un epiléptico. No podía ni tener el papel ni leer, porque los ojos no veían... Créeme, Manuel, así fue.

Pensaba hallar ahí quién sabe qué sentencia, algo parecido a la que me mandaste una vez, ¿te acuerdas? y que también me dejó sin aliento.

Tuve que serenarme y guardar la carta unos momentos. Después respiré hondamente, como el que ha estado a punto de ahogarse, y me tiré sobre un sillón, como otra vez, exhausta por la emoción que casi me mata. ¡Qué dicha tan grande después de un martirio de tanto día!

Este no es amor sano, Manuel, es ya cosa de desequilibrio, de vértigo. ¡Y en mi cara beatífica, y en mi serenidad de abadesa! ¡Qué decires de amor los tuyos! Tienen que dejar así, agotada, agonizante. Tu dulzura es temible: dobla, arrolla, torna el alma como un harapo fláccido y hace de ella lo que la fuerza, la voluntad de dominar, no conseguirían. Manuel, ¡qué tirano tan dulce eres tú! Manuel ¡cómo te pertenezco de toda pertenencia, cómo me dominas de toda dominación! ¿Qué más quieres que te dé, Manuel, qué más? Si no he reservado nada, ¿qué me pides? ¿Quieres que llegue a estado más lamentable aún que el que te he pintado por la incertidumbre de lo que pasaba en tu predio de alma? Verdad es, Manuel, que tengo de la unión física de los seres imágenes brutales en la mente que me la hacen aborrecibles

Cuando hablemos tú justificarás esto que tú llamarás una aberración mía. Pero te creo capaz de borrarme del espíritu este concepto brutal, porque tú tienes, Manuel, un poder maravilloso para exaltar la belleza allí donde es pobre, y crearla donde no existe. A través de tu habla apasionada y magnífica, todas las zonas del amor me parecen fragantes e iluminadas. Tu esfuerzo es capaz, creo, de matarme las imágenes innobles que me hacen el amor sensual cosa canalla y salvaje. Tú puedes hacerlo todo en mí, tú que has traído a mis aguas plácidas y heladas un ardiente bullir, una inquietud enorme y casi angustiosa a fuerza de ser intensa. Gracias por tu promesa de eliminar toda violencia, todo apresuramiento odioso en el curso de este amor. Gracias! Bueno, dócil, generoso, te quiero mucho más aún. Buena seré para ti, generosa y dócil, tanto o más que tú. Te lo digo de nuevo: el saberme tuya me da una felicidad que no sé describirte: el oírme nombrar por ti como tu criatura, tu humilde y ruin pertenencia, me llena los ojos de llanto gozoso. ¡Tuya del más hondo y perfecto modo, Manuel, tuya como nunca lo fui de nadie; tuya, tuya! Lo repito para prolongar el gozo en mí. Perdóname este egoísmo.

Dices tú: "Esta plenitud de vigor (de amor) casi me es dolorosa. ¿Dejarás tú que mi linfa se la beba la tierra y no querrás beberla?" No, Manuel. Una loca sería. 1º si el amor se te hace doloroso yo no amaría bien si prolongara tu dolor sacrificándote a mi concepto absurdo de la unión de los seres. 2.º si tú me aseguras que esa unión agrega algo a la seguridad del amor, aprieta más la trabazón espiritual, si me convences, sobre todo, de que el hastío no sigue inmediatamente al abrazo estrecho, si me convences de que "tú no serás mío en absoluto sino cuando ese abrazo se haya consumado", entonces, Manuel, yo no podré negar la parte mía necesaria a ese que tú crees afianzamiento y, más que otra cosa, "no podré tolerar que haya una porción de emoción en ti que me haya quedado ajena por esta negación mía a darme del todo".

Porque yo quiero beber tu linfa toda, sin que en un hueco egoísta me reserves una parte de frescor y de exaltación. Te adoro, amado mío, y me vence este raciocinio: si la zona de amor que en mí no halla va a buscarla en otra parte ¿no habría torpeza y maldad en mí al negársela? Me vence ese raciocinio. Siénteme tuya, no dudes, no me arrebates nada, todo lo tuyo, me digo, es justo que me sepa a encantamiento y a dicha. Manuel, te amo inmensamente.

Ya te he dicho lo que me pasa. Dispongo de poco tiempo; no te doy más detalles. Piensa en mi amargura al sentirte en estos días amargos hostil para mí. Deseaba con locura tu palabra y tú callabas con una pertinacia inicua. He padecido mucho, pero ya el ánimo se levanta. Estos son los milagros del amor. Te ruego que no me retes por mi carta de hoy temprano. Si miras bien, soy yo quien tiene derecho hasta a pegar. Lluvia de golpes (de besos) te daría al tenerte a mano.

Deseo verte mucho más de lo que tú dices desear verme. Aún no es posible. Aprendamos a esperar. Yo no sé si en nuestro primer [encuentro] yo sea para ti como en mis cartas. ¡Te tengo un poco de vergüenza! Pero sé que deseo estar sola contigo para acariciarte mucho. Sé que querré tenerte entre mis brazos como un niño, que querré que me hables así, como un niño a la madre, desde la tibieza de mi regazo, y que cuando te bese perderé la noción del tiempo y el beso se hará eterno. Sé que me desvanecerá el goce intenso; sé que la embriaguez más intensa que me haya recorrido las venas la sacaré de tu boca amada. Sé que beberé un sorbo de dicha que me hará olvidar todos los acíbares que vengo bebiendo hace tantos años. Sé que seré capaz en mi exaltación de hacerme una prolongación de ti: de tu fervor, de tu alma suave, de tu carne misma. Manuel, yo espero la dicha de ti. Yo espero vivir contigo un momento supremo que pueda yo revivir en el recuerdo por cien años más de vida, sacando de esa visión divinización, dicha, para todo el resto de camino. Manuel, no puedo amarte más. ¿No lo comprendes así? ¿Pides más aún? En los labios mucho tiempo.
Tu L.
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Carta XIV


de "Cartas de amor"
(Gabriela Mistral)


13.-10 PM. Me levanté a las 3 PM. Llovía, hacía mucho frío y me quedé en cama leyendo. Después, he trabajado y sólo la noche me queda, como ayer, para conversar contigo.

Tengo mucho que decirte, Manuel, mucho. Pero son cosas que se secan al pasar a la palabra.

Me dices ingenuamente: "Dame la dicha, dámela; tú puedes dármela". Y conmovida hasta la tortura, yo miro en mí y veo con una claridad perfecta, que yo no podré dártela, Manuel. Amor, mucho amor; ternura, ternura inmensa como nadie, nadie, la recibió de mí; pero ni ese amor ni esa ternura te darán felicidad, porque tú no podrás quererme. ¡Si lo sabré yo, si lo habré comprendido bien! Este es el punto que tú evitas tratar y es el único que debiéramos tratar, porque es "el único que importa". Tú no serás capaz (interrógate a ti mismo) de querer a una mujer fea. Hoy, ayer, varios días, desde que mi viaje se ha decidido, vivo pensando en nuestro encuentro. Y me voy convenciendo de que va a ser él la amargura más grande de mi vida. Tú eres bondadoso, y querrás dejar ver el golpe, y (eso será lo peor) me hablarás con cariño. Tal vez llegarás a besarme, para engañarte más que para engañarme. He observado que hay en ti un gran deseo de engañarte, de creerte enamorado, de gritarte conmovido. Quieres conmigo aturdirte como con un mal aguardiente, para olvidar; no me alegues; ¿qué puedes alegar? Todo lo que dices, tu acariciar y tu emocionarte hasta lo más hondo es por lo que tú crees que soy yo.

¡Si fuera posible evitarte y evitarme el sufrimiento que, seguramente, te va a sangrar y me va a sangrar en ese encuentro! Pero, no hay remedio. Los dos lo queremos, los dos lo llamamos con desesperación. Yo lo querría mañana mismo. Porque te quiero más cada día y porque tampoco es posible que tú estés en el ridículo de una situación así: viviendo para un absurdo y por un absurdo.

Esto crece, y me da miedo ver cómo me estás llenando la vida. Todo me lo has barrido; los menudos cariños por las niñas, hasta por las gentes que viven conmigo, se apagan. No tengo tibieza de brazos, palabras afectuosas y actitud de amor sino para ti. Y hay todavía tres meses de espera; tres meses de quimera para ti y robustecimiento para mí de una cosa que, seguramente, tú mismo me pedirás que arranque. Te aseguro que no me parece ya un juego ni algo sin peligro. Me da miedo. ¿Qué hacer? No hay remedio. ¿Para qué hablar, fantasear contando con el futuro, si estamos edificando sobre una locura? Y no hay remedio. Alguna vez he pensado en mandarte un retrato mío en que esté parecida (porque el que tú conoces es muy otro) ¡pero eso es ineficaz! Tu imaginación siempre pondría luz en los ojos, gracia en la boca. Y algo más: lo que más ha de disgustarse en mí, eso que la gente llama el modo de una persona, no se ve en un retrato. Soy seca, soy dura y soy cortante. El amor me hará otra contigo, pero no podrá rehacerme del todo. Además, tardo mucho en cobrar familiaridad con las personas. Este dato te dirá mucho: no tuteo absolutamente a nadie. Ni a los niños. Y esto no por dulzura, sino por frialdad, por la lejanía que hay entre los seres y mi corazón. ¿Conseguirán tus ojos aquel día mostrarme tu alma de modo que la confianza brote en el acto y eche los brazos al cuello en la realidad como te los echo en la imaginación? No, porque tus ojos, leales a tu alma, no tendrán luz de amor en aquel momento. Tú no podrás quererme, Manuel. Esto me lo he dicho mil veces hoy día. Mira, el Dmgo. ppdo. cuando ese hombre me hablaba de su simpatía por mí le oía con rabia como se oye a un embustero. Eso fuera de la irritación que da el que alguien le hable de ternura cuando se tiene llena el alma de ella, pero para otro. Y eso que ese hombre quizás pueda querer a una mujer fea, porque él no es lo que eres tú físicamente ni lo que eres como refinamiento de espíritu. No hay quién me convenza hoy a mí de que puede quererme. Sólo un idiota. Dime la verdad, Manuel. ¿Tan grande es la ceguera que tú mismo te has dado que nunca has pensado en lo que puede resultar de nuestro encuentro? Dime la verdad: ¿no te ha atormentado este pensamiento como me atormenta a mí? ¿Serás capaz, te dejará la bondad ser honrado para no tocarme, para no decirme una palabra más de cariño, después del desengaño?

Perdóname, pero yo no te creo capaz de esta generosidad, por lo mismo que tú ya conoces de antemano el efecto que hará en mí. No discutamos los modos de amarnos; hablemos de esto que es lo inmediato y lo esencial: Tú ¿me querrás fea? Tú ¿me querrás antipática? Tú ¿me querrás como soy? Te lo pregunto y veo luego que no puedes contestarme. Como un niño me hablas, con toda la ingenuidad de un niño y me dirás: Sí. Te siento niño en muchas cosas y eso me acrece más la ternura. Mi niño, así te he dicho hoy todo el día y me ha sabido a más amor la palabra que otras. Esta ternura mía es cosa bien extraña. No fui nunca así para nadie. El amor es otra cosa que esta ternura. El amor es más pasional y lo exaltan imaginaciones sensuales. Me exaltan a mí sobre todo tus palabras doloridas y tiernas "desviadas un poco del ardor carnal". Quizás tu mirada me conmueva más que abrazo; quizás me dé tu mirar la embriaguez que los demás arrancan de caricias más íntimas. ¡Niño mío! Yo no sé si mis manos han olvidado o no han sabido nunca acariciar; yo no sé si todo lo que te tengo aquí adentro se hará signo material cuando esté contigo, si te besaré hasta fatigarme la boca, como lo deseo, si te miraré hasta morirme de amor, como te miro en la imaginación. No sé si ese miedo del ridículo que mata en mí muchas acciones bellas y que me apaga muchas palabras de cariño que tú no ves escritas, me dejará quietas las manos y la boca y gris la mirada ese día. ¡Ese día! Si voy a sufrir mucho ¿no será preferible evitarlo, Manuel? Pero es necesario. Te prometo procurar que estemos solos. Sería padecer más si fuera delante de otros. No te escribo más, aunque quisiera seguir. ¿Por qué? Porque esta carta me ha hecho sufrir más que otra alguna. Es terrible esta situación. ¿Serás capaz de quererme después de haberme visto? Como un heroísmo talvez. Pero yo no admitiría heroísmos de esa especie.

Tuya, tuya, completa, inmensamente.

L
Cuando me mandes un certificado, previéneme. Y pon la carta no tan a la vista. Pega dos hojas. ¿Por qué eres tan flojo? El mismo día de despachar el certificado despachas carta simple.
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