miércoles, abril 15, 2009

Soneto 31


(Garcilaso de la Vega)


Dentro de mi alma fue en mí engendrado
un dulce amor, y de mi sentimiento
tan aprobado fue su nacimiento
como de un solo hijo deseado;

mas luego de él nació quien ha estragado
del todo el amoroso pensamiento:
en áspero rigor y en gran tomento
los primeros deleites ha tornado.

¡Oh crudo nieto, que das vida al padre
y matas al abuelo!, ¿por qué creces
tan disconforme a aquel de que has nacido?

¡Oh celoso temor!, ¿a quién pareces?,
que aun la envidia, tu propia fiera madre,
se espanta en ver el monstruo que ha parido.

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