jueves, noviembre 19, 2009

RETO


Julio FLOREZ
(Colombiano, 1867-1923)

Si porque a tus plantas ruedo
como un ilota rendido,
y una mirada te pido
con temor, casi con miedo;
si porque ante ti me quedo
estático de emoción,
sintiendo que el corazón
se va en mi pecho a romper,
piensas que siempre he de ser
esclavo de mi pasión,
¡te equivocas, te equivocas!...,
fresco y fragante capullo;
yo quebrantaré tu orgullo
como el minero las rocas.

Sí a la lucha me provocas,
dispuesto estoy a luchar;
tú eres espuma; yo, mar
que en sus cóleras confía;
me haces llorar, pero un día
yo también te haré llorar.

Y entonces, cuando rendida
me ofrezcas toda tu vida,
perdón pidiendo a mis pies,
como mi cólera es
formidable en los excesos,
¿sabes tú lo que haré en esos
momentos de indignación?...
¡Arrancarte el corazón
para comérmelo a besos!...
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SONETO DE TUS VÍSCERAS


Baldomero FERNÁNDEZ MORENO
(Argentino, 1886-1950)

Harto ya de alabar tu piel dorada,
tus externas y muchas perfecciones,
canto al jardín azul de tus pulmones
y a tu tráquea elegante y anillada.

Canto a tu masa intestinal rosada
al bazo, al páncreas, a los epiplones
al doble filtro gris de tus riñones
y a tu matriz profunda y renovada.

Canto al tuétano dulce de tus huesos,
a la linfa que embebe tus tejidos,
al acre olor orgánico que exhalas.

Quiero gastar tus vísceras a besos,
vivir dentro de ti con mis sentidos...
Yo soy un sapo negro con dos alas.
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miércoles, noviembre 18, 2009

LOS AMANTES


Baldomero FERNÁNDEZ MORENO
(Argentino, 1886-1950)

Ved en sombras el cuarto, y el lecho
desnudos, sonrosados, rozagantes,
el nudo vivo de los dos amantes
boca con boca y pecho contra pecho.

Se hace más apretado el nudo estrecho,
bailotean los dedos delirantes,
suspéndese el aliento unos instantes...
y he aquí el nudo sexual deshecho.

Un desorden de sábanas y almohadas,
de pálidas cabezas despeinadas,
una suelta palabra indiferente,

un poco de hambre, un poco de tristeza,
un infantil deseo de pureza
y un vago olor cualquiera en el ambiente.
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martes, noviembre 17, 2009

SIN AMOR


Nira ETCHENIQUE
(Argentina, 1930-..

Si por lo menos
no hubieras dicho que me amabas,
si sólo hubieras dibujado con tu mano cabal
la mansedumbre de mi cuerpo,
si me hubieras asaltado en silencio,
como el agua,
si hubieras venido a mí como un sonámbulo,
todo pulso, y calor, y piel, y lengua.

Si por lo menos
no hubieras dicho que me amabas,
esta noche
esta noche tan amarga
me sería más fácil caminarla.
Caminarla sin ti que estás mordido
como pan de vagabundo en la ventana,
caminarla sin ti, que te has herido
como pájaro de vientre prolongado.

Si por lo menos
no hubieras dicho que me amabas,
si sólo hubieras llegado con tu hoy
simple y rotundo como un cero
y nada más, y nada de tu ayer y tu castigo,
y tu culpa y tu viejo carro uncido.
Si me hubieras penetrado sin palabras,
sólo y único, en silencio, acorazado.
Si me hubieras medido con tu carne
con la boca afirmada a la moneda,

si me hubieras logrado sin hablarme...

Si por lo menos
no hubieras dicho que me amabas,
si sólo hubieras descendido oscuro
y anónimo y feroz y enmudecido,
qué fácil caminar por esta noche
de ciudad dilatada en bocacalles.
Qué fácil detenerse en las esquinas
y en las manos que juegan a ser rosas
sobre el límpido cristal de las vidrieras
¡Qué fácil el otoño y el olvido!
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AQUÍ ME TIENES



Nira ETCHENIQUE
(Argentina, 1930-...)

Aquí me tienes. ¿Recuerdas...? Así te dije.

No tienes que tomarme porque tuya soy desde hace siglos.

Desde el primer hombre y la primera mujer.
Nuestra historia no empieza...
¡Si los años lo saben de hace tanto...!
La escribimos nosotros; sí, nosotros;
otra carne, otra luz, otra distancia,
pero tu alma y la mía siempre fueron.
Tuya soy; desde el aire y la tumba, tuya soy;
desde el soplo primero de la vida
hasta el poderoso misterio de la nada.
No tienes que tomarme;
estoy en ti como puedes estarlo tú en ti mismo;
así estoy, porque existes, simplemente...
Lo nuestro no comienza...
con el primer latido de la tierra
mi piel y mi sueño fueron tuyos,
y heredados a través de los paisajes,
modelados por los siglos,
por las piedras durísimas y tristes de las horas,
aquí están...
Aquí están, piel y sueño de tu piel y sueño;
aquí están, en la arteria vital de tu silencio
y en el canto socavado de tu sangre.

Aquí me tienes.
Tuya soy sin razones y sin gestos;
así, simplemente, porque siempre,
desde siglos y siglos tuya fui...
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LEONOR DE AQUITANIA (Qué doloroso es amar...)


Joaquín DICENTA
(Español, 1862-1917)

¡Qué doloroso es amar... y no poderlo decir!
Si es doloroso saber, que va marchando la vida
como una mujer querida, que jamás ha de volver.
Si es doloroso ignorar, donde vamos al morir;
¡más doloroso es amar... y no poderlo decir!

Triste es ver que la mirada,
hacia el sol levanta el ciego;
y el sol la envuelve en su fuego
y el ciego no siente nada.
Ver su mirada tranquila, a la luz indiferente
y saber que eternamente, la noche va en su pupila
bajo el dosel de su frente.
Pero si es triste mirar y la luz no percibir;
¡más doloroso es amar... y no poderlo decir!

Conocer que caminamos,
bajo la fuerza del sino;
recorrer nuestro camino
y no saber donde vamos.
Ser un triste peregrino, de la vida,
en el sendero, no podernos detener,
por ir siempre prisioneros, del amor o del deber.
Mas si es triste caminar y no poder descansar
mas que al tiempo de morir;
¡más doloroso es amar... y no poderlo decir!

Vivir como yo soñando, con cosas que nunca vi;
y seguir, seguir andando, sin saber por qué motivo
ni hasta cuándo.
Tener fantasía y vuelo, que pongan al cielo escalas
y ver, que nos faltan alas, que nos remonten al cielo.
Mas si es triste no gozar, lo que podemos soñar;
no hay más amargo dolor, que ver el alma morir,
prisionera de un amor: ¡y no poderlo decir!
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DESEOS


Salvador DÍAZ MIRÓN
(Mexicano, 1853-1928)

Yo quisiera salvar esa distancia,
ese abismo fatal que nos divide,
y embriagarme de amor con la fragancia
mística y pura que tu ser despide.


Yo quisiera ser uno de los lazos
con que decoras tus radiantes sienes;
¡yo quisiera, en el cielo de tus brazos,
beber la gloria que en tus labios tienes!...

Yo quisiera ser agua y que en mis olas,
que en mis olas vinieras a bañarte
para poder, como lo sueño a solas,
a un mismo tiempo por doquier besarte.

Yo quisiera ser lino, y en tu lecho,
allá en las sombras, con ardor cubrirte,
temblar con los temblores de tu pecho
y morir del placer de comprimirte.

¡Oh!... ¡Yo quisiera mucho más!... ¡Quisiera
llevar en mí, como la nube, el fuego;
mas no como la nube en su carrera,
para estallar y separarnos luego!...

Yo quisiera en mí mismo confundirte,
confundirte en mí mismo y entrañarte;
yo quisiera en perfume convertirte,
convertirte en perfume y aspirarte.

Aspirarte en un soplo como esencia,
y unir a mis latidos tus latidos,
y unir a mi existencia tu existencia,
y unir a mis sentidos tus sentidos.

Aspirarte en un soplo del ambiente,
y así verter sobre mi vida en calma
toda la llama de tu pecho ardiente
y todo el éter de lo azul de tu alma.

Aspirarte, mujer... De ti llenarme.
Y en ciego y sordo y mudo constituirme,
y ciego y sordo y mudo consagrarme
al deleite supremo de sentirte
y la dicha suprema de adorarte.
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SONETO DE DEVOCIÓN


Vinicius DE MORAES
(Brasileño, 1914-...)

Esa mujer que se me arroja fría
y lúbrica en los brazos, y a sus senos
me aprieta, me besa y balbucea
verso, rezos a Dios, votos obscenos.

Esa mujer, flor de melancolía
que ríe de mis pálidos recelos
la única entre todas a quien di
caricias que jamás a otra daría.

Esa mujer que a cada amor proclama
la miseria y grandeza de quien ama
y feliz de mis dientes guarda huella.

¡Un mundo, esa mujer! Es una yegua
quizás... pero en el marco de una cama
nunca mujer ninguna fue tan bella.
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LA HORA ÍNTIMA


Vinicius DE MORAES
(Brasileño, 1914-...)

¿Quién pagará el entierro y las flores
si yo muero de amores?
¿Qué amigo será tan amigo
que en el ataúd esté conmigo?
¿Quién, en medio del funeral,
dirá de mí: -Nunca hizo el mal...?
¿Quién borracho, llorará en voz alta
por no haberme traído nada?
¿Quién deshojará violetas
en mi tumulto de poeta?
¿Quién lanzará tímidamente
al suelo un grano de simiente?
¿Quién mirará, cobarde,
la estrella de la tarde?
¿Quién me dirá palabras mágicas
que hagan empalidecer a los mármoles?
¿Quién, oculta en velos oscuros,
se crucificará por los muros?
¿Quién, con el rostro descompuesto,
sonreirá: Rey muerto, rey puesto...?
¿Cuántas, en presencia del infierno
sentirán dolores de parto?
¿Cuál la que, blanca de recelo,
tocará el botón de su seno?
¿Quién loca, ha de caer de
hinojos sollozando tantos sollozos
que despierte recelos?
¿Cuántos, los maxilares contraídos,
con sangre en las cicatrices
dirán: —Fue un loco amigo...?
¿Qué niño mirando a la tierra
y viendo moverse a un gusano
tendrá un aire de comprensión?
¿Quién, en circunstancia oficial,
propondrá para mí un pedestal?
¿Qué llegados de la montaña
tendrán circunspección tamaña
que he de reír, blanco de cal?
¿Cuál la que, el rostro al viento,
lanzará un puñado de sal
en mi guarida de cemento?
¿Quién cantará canciones de amigo
el día de mi funeral?
¿Cuál la que no estará presente
por motivo circunstancial?
¿Quién clavará en el seno duro
una hoja oxidada?
¿Quién, con verbo inconsútil,
ha de orar: —La paz le sea dada?
¿Cuál el amigo que, a solas consigo,
ha de pensar: —No será nada...?
¿Quién será la extraña figura
a un tronco de árbol recostada
con mirar frío y aire de dudas?
¿Quién conmigo se abrazará
y tendrá que ser arrancada?

¿Quién va a pagar el entierro y las flores
si yo muero de amores?
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lunes, noviembre 16, 2009

HOMBRES NECIOS



Sor Juana Inés DE LA CRUZ
(Mexicana, 1651-1695)

Hombres necios, que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia,
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro corazón loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no está claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos si os tratan mal,
burlándoos si os tratan bien.

Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis,
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?

Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien halla la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada,
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga,
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?...
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
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AL INGRATO


Sor Juana Inés DE LA CRUZ
(Mexicana, 1651-1695)

Al ingrato que me deja, busco amante,
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.

Al que trato de amor hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata;
y mato a quien me quiere ver triunfante.

Si a este pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo;
de entrambos modos infeliz me veo;

Pero yo, por mejor partido escojo,
de quien no quiero ser violento empleo,
que de quien no me quiere vil despojo.
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