miércoles, abril 15, 2009

Millonarios


(Juana de Ibarbourou)


Tómame la mano. Vámonos a la lluvia
descalzos y ligeros de ropa, sin paraguas.
Con el cabello al viento y el cuerpo a la caricia
oblicua, refrescante y menuda del agua.

¡Que rían los vecinos! Puesto que somos jóvenes
y los dos amamos y nos gusta la lluvia.
Vamos a ser felices con el gozo sencillo
de un casal de gorriones que en vía se arrulla.

Más allá están los campos y el camino de acacias
y la quinta suntuosa de aquel pobre señor
millonario y obeso que con todos sus oros
no podrá comprarnos ni un gramo del tesoro
inefable y supremo que nos ha dado Dios:
ser flexibles, ser jóvenes, estar llenos de Amor.

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