(Baldomero Fernández Moreno)
Setenta balcones hay en esta casa,
setenta balcones y ninguna flor...
A sus habitantes, Señor, ¿qué les pasa?
¿Odian el perfume, odian el color?
La piedra desnuda de tristeza agobia,
¡dan una tristeza los negros balcones!
¿No hay en esta casa una niña novia?
¿No hay algún poeta bobo de ilusiones?
¿Ninguno desea ver tras los cristales
una diminuta copia del jardín?
En la piedra blanca trepar los rosales,
en los hierros negros abrirse un jazmín.
Si no aman las plantas, no amarán el ave,
no sabrán de música, de rimas, de amor...
Nunca se oirá un beso, jamás se oirá un clave.
¡Setenta balcones y ninguna flor!
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