(Francesco Petrarca)
Tan extraviado está el loco deseo mío,
por perseguir a aquella que se da a la fuga
y de los lazos de Amor ligera y suelta
vuela delante del lento correr mío,
que, cuanto más llamándolo lo envío
por la segura calle, menos me escucha;
no me sirve espolearlo o hacerlo girar,
que el Amor por su naturaleza lo hace reacio.
Y, dado que con fuerza el freno tasca,
yo quedo a merced de él,
que a pesar mío hacia el morir me lleva;
sólo por ir hacia el laurel donde se coge
áspero fruto que la llaga ajena,
al gustar, duele más que conforta.
0 comentarios:
Publicar un comentario