(Argentino, 1884-1952)
Superada la congoja,
sobrepasado el delirio,
del libro de aquel martirio
fui quemando hoja por hoja.
(También a la llama roja
arrojé mi corazón).
Ya no queda ni un renglón
de la historia de la pena;
si hasta creo que fue ajena
la pena de esa pasión.
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