No puedo:
la nostalgia, que está doblegada,
se disemina por mis entrañas
y aparece cuando
no creo tener fuerzas.
Y entonces me envías de ti tu gracia
que me consuela
y me hace sucumbir.
No puedo,
la herejía habla en mí
Si ves, no huyo.
¿Dónde estoy condenado?,
¿qué fue de mí?
¿Está esa grieta todavía
en las lejanías del horizonte
que pisaste con tu sombra?
No, aún no puedo.
¿Qué invento soy?
¿Qué caricia deslizada del pecado?
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