Miguel hernández
(Fragmento del auto sacramental Quien te ha visto y quien te ve, 1934.)
No hieles, viento, ahora,
que se duerma mi cielo
hasta el día y la aurora.
No lo dejes de hielo.
No lo dejes de hielooó...
No lo dejes de hielooó...
Que estoy enamorada
de su mata de pelooó...
Pasa, paz, por su frente,
tu mano sosegada.
Pasa, paz, de repente,
que estoy enamorada.
Nocturno mediodía,
no levantes el vuelo.
Alma mía, alma mía,
no lo dejes de hielo.
No madrugues, rosada:
no vengas hoy de prisa,
que estoy, enamorada,
fuera de mi camisa.
Está que arde la nieve
con la luna lunada;
está que arde la nieve
de verme enamorada.
Dedos de terciopelo
quisiera para cada
caricia de mi cielo,
que estoy enamorada.
Está la luna en celo
sobre tornalunada.
Más pálida que el hielo
estoy enamorada.
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